El nacimiento de este tipo de fotografía profesional
Varias veces he contado cómo Laura, una clienta, estaba buscando algo diferente en relación con fotografías profesionales para kinder y, con eso, comencé a trabajar de la manera en la que me he establecido en fotografía en centros educativos hasta ahora.
Para entonces, yo ya había trabajo un sistema diferente de fotografía en otro kinder, en donde tomaba fotografías profesionales para fechas y ocasiones especiales. Yo iba a tomar fotografías casuales para el día del padre o de la madre, por ejemplo, entre quienes asistían. Lo que les vendía era exclusivamente lo que ellos quisieran comprar.
Alquimia en el servicio fotográfico profesional
Yo siento que esa historia fue una fusión de dos sistemas.
Por un lado, fue tomar el concepto que Laura quería, de algo diferente que tuviera que ver más con la inocencia y el espíritu de los niños en un formato de fotografía como el de estudio que, además, se pudiera fusionar con un sistema de compra libre de fotografías.
Se trataba ya de algo que no encasillara a los clientes a comprar en paquete, sino que funcionara como una forma por medio de la cual cada quien pueda decidir qué quiere comprar. Se asemejaba mucho a lo que yo hacía en los cruceros.
El tipo de fotografía de volumen que hago
Esto que describo en parte también es un trabajo de volumen. Se maneja con sistemas de ventas no obligatorios donde cada quién puede decidir qué comprar.
Esto me lleva como fotógrafa al deber de exigirme más. Debo mantener un estándar y calidad en mi trabajo para que haya un estímulo en la compra de las fotografías. Y la idea siempre es que sean fotos diferentes, productos que no son iguales toda la vida que se vayan a quedar en la gaveta.
La misma foto de escuela en la gaveta
Le contaba a una clienta, también, sobre la idea que tengo de tomar fotografías que no se queden empolvándose en un escritorio, sino que cuelguen en las paredes de casas y oficinas. Ella me decía: “Yo tengo una hija de 24 y otra de 18 y tengo la misma foto en una gaveta con todos los años.”
Eso es un reto para mí. Todos los años tengo que presionarme por hacer cosas diferentes; debo estar alerta todos los días de ver algo que me pueda funcionar; así sea una silla, una caja o algo que me pueda servir para fotos. Inclusive debo comprarlo, porque tal vez no tengo el concepto definido en ese momento, pero me gusta la silla. O un almohadón que veo y me puede servir, porque combina con los colores de un centro educativo en particular, por ejemplo.
Me gusta que eso mantiene mi creatividad alerta para poder ofrecerle lo mejor no sólo al centro educativo, sino también al cliente final. Se trata de poder ofrecerles una opción distinta y no la misma que van a tener la mayoría de colegios o kinders del país.
Fotografía de volumen tradicional versus la mía
Las fotografías del sistema tradicional no tienen ninguna búsqueda de diferentes ángulos. Se trata de la misma foto de encuadre de foto pasaporte con un fondo manchado y una iluminación totalmente pareja. Se trabaja “uno detrás del otro” donde todos salen por igual.
He escuchado de fotografías profesionales con ojos cerrados; es decir, en donde el cliente sale con los ojos cerrados como parte de la entrega final de producto de un fotógrafo profesional. ¡Eso es terrible!
En esos casos no existe una búsqueda de mejor expresión y variedad de ángulos.
A pesar de que mi fotografía también es una fotografía de volumen, yo busco cómo tomarles fotografías desde diferentes ángulos. Cierto; paso máximo unos 4 minutos, tal vez, con cada estudiante, pero los tomo con ángulos horizontales, verticales, de cuerpo completo, de medio cuerpo, con acercamientos a la cara.
Las poses en fotografía de niños
Además, yo tomo fotografías en kinders en donde los niños salen contándose los deditos de los pies, por ejemplo. O también uso elementos como Pincelín o Cosquillín, unos plumeros que ayudan a crear reacciones en los niños sin invadirles el espacio personal. Inmediatamente salen mucho más retorcidos y ¡se logra una mirada mucho más auténtica!
Hay una búsqueda por lograr una expresión auténtica y una sonrisa real – ambas verdaderamente auténticas. No se buscan las caras que hacen los niños a veces que asustan.
Al contrario, converso con ellos a lo largo de la sesión. A veces el simple hecho de conversar hace que a los niños se les olvide que ando una cámara. Digo cosas tontas que a ellos les haga gracia o busco temas en común. Les digo que, en vez de tener 5, tienen 27 dedos o les pregunto si tienen una ballena de mascota en la casa. Si yo sé que tienen un perro en la casa, por ejemplo, entonces uno le pregunta el color y sabe que, justo cuando se lo va a decir, uno le dice que es azul o verde. Eso logra que se rían. Les dice “celeste!” y se vuelven a reír, o les dice “¡Ah! ¡Claro! ¡Es un perro rosado con puntitos verdes!” Cosas así. Son cosas que no tienen sentido alguno, pero que crean expresiones distintas en los niños con encuadres diferentes.
Tampoco se trata de hacer locaciones distintas. No es pasar al niño de un estudio a otro. Sino, se quedan siempre en el mismo lugar, pero con elementos muy simples que cambien la fotografía profesional por completo.
Objetivos de fotografía para niños
Si hay algo que yo trato de hacer es no crearles un escenario donde se pierda el foco de atención. Yo lo que busco es:
- Que el niño sea el fondo de atención
- Que la foto sea lo más atemporal posible
No que se diga “¡AH! ¡Mirá! ¡X tipo de foto! ¿Te acordás cuando estuvo de moda eso?”
El elemento que yo cambio es una caja de madera en donde los niños van sin medias y zapatos. En vez de sentarse normal, les pido que crucen las piernas. Todo eso para que la foto cambie, se vea fresca y más relajada. También en muchos casos se trabaja descalzos o inclusive con las botas de hule y en casos de tener hermanos en la misma institución también se hacen fotos de hermanos.
La subcontratación de empresas grandes de fotografía
Las compañías que hacen escuelas y colegios a nivel de volumen, subcontratan fotógrafos a quienes mandan a tomar las fotografías. Ellos no necesariamente buscan hacer algo distinto, sino responder a una receta estándar a través de los diversos equipos de fotógrafos.
El tradicional encuadre de fotografía pasaporte no da tiempo para hacer búsqueda. Mi servicio no se trata de eso.
Trabajar en confianza y como en casa
A mí la conexión con las directoras y los papás me ha beneficiado, porque hay estudiantes que apenas me conocen el primer año, pero me recuerdan para el segundo. Ya las maestras y directoras se sienten muy en confianza y los papás me saludan. Así, se va creando una relación en donde los papás o mamás me preguntan cosas por Whatsapp y me dicen “Karlita!”, inclusive.
Aunque sea mi asistente la que se encarga de la edición de las fotografías, sí soy quien está detrás de cada encargo. Entonces, si me dicen, “¡Acabo de mandar un correo!”, yo les puedo dar una respuesta muy rápida, porque les puedo decir que “sí, yo lo leí!” o “Lo acabo de contestar”. El canal de comunicación es directamente conmigo y eso ayuda con muchísimas cosas en el trato y manejo personalizado con todo el mundo, especialmente con los niños.
Sobre el sistema de paquetes
Al menos en mi experiencia personal como fotógrafa, me parece que el sistema de paquete no sirve. La gente ahora quiere hacer sus propios pedidos y escoger sus propias fotos.
Mis clientes se han ido acostumbrando a este sistema. El primer año con una institución nueva es un proceso de aprendizaje , pero después de eso es mas fácil. Ya todos los papas saben cómo funciona el sistema y los nuevos se aprenden el sistema muy rápido.
Cuando se encasillan un servicio de fotografía en paquete donde es la misma foto impresa en diferentes tamaños, surgen problemas; especialmente, con mi sistema, que se les da la libertad de escoger la foto, ya que las familias no entienden porque se tienen que apegar la paquete teniendo tantas opciones mas.
Ya el sistema de paquetes convencional, al menos en mi caso, no está funcionando. El público está buscando hacer algo diferente, algo fuera de lo tradicional, y que se ajuste a las necesidades de cada familia. Es en esas en las que yo ando.