En Febrero les prometí esta nota sobre el trabajo de fotografías profesionales para las artes escénicas, más especificamente en academias de danza. ¡Aquí va!
Espero que les guste. No duden en escribirme si tienen dudas o comentarios.
¡Un abrazo!
Mi crianza en las artes
De chiquita, yo fui al Montessori, el Castella y el Humboldt. En este sentido de las artes, el Castella fue clave.
Empezó de toda la vida, yo creo. Yo sé que en los kinder Montessori se les permite a los niños explorar la infancia de manera distinta a un kinder tradicional. Son niños que se hacen más independientes, más conscientes de sus decisiones, y de las consecuencias que eso va a conllevar.
A los 4 años, entré a danza; mi mamá me llevaba a una academia.
Luego, en primer grado entré al Castella. Estuve ahí hasta noveno. En ese tiempo, hice danza, ballet, tap, gimnasia olímpica, jazz, teatro, acuarela, grabado..¡Estuve en de todo! Flauta traversa, percusión…
Yo no era buena en todo, necesariamente, pero fui probando por todo lado.
Bailar siempre ha sido mi pasión, aunque no tengo pinta de bailarina y nadie se imagina que bailo, pero siempre me he dedicado a bailar. En los últimos años me he dedicado más al baile popular o inclusive la zumba, pero ¡siempre me ha gustado bailar!
La fotografía en academias de danza
Me gusta mucho este tipo de trabajo de fotografía profesional en academias, porque me recuerda viejos tiempos.
Es un poco melancólico, porque ellas hacen cosas que yo ya no estoy en condiciones de hacer, pero también es bonito por ese otro lado.
Lo que me gusta de los espectáculos es revivir lo que se vivía cuando yo estaba en El Castella.
Estar tras la cámara
Como fotógrafo, uno tiene acceso a todo. No es invisible.
Contrario a lo que dicen, uno no está afuera. Uno está adentro y es parte de lo que sucede, pero de manera más sigilosa.
Puede entrar al edificio mientras todos los papás se preparan para ir a ver una escena, por ejemplo. Puede entrar e ir a camerinos, a las patas del teatro…por detrás del escenario, ver cuando se maquillan, todos los vestuarios…
Tiene acceso a todo el caos que sucede cuando las artistas se maquillan, peinan o se están cambiando y no encuentran algo. Uno es parte de ese caos, pero a la vez está afuera. Se está en ambos lugares a la vez.
Sobre la documentación
Eso sirve para documentar. En ese sentido, ayuda mucho tomar las fotos un día distinto a la presentación.
Las fotografías se programan como se harían las de tipo estudio e individuales. Además, sirve que les tome fotos a las bailarinas antes de función, para que el día de función (tanto artistas como los colaboradores de la academia) le conozcan a uno. Así es más fácil tomar las fotografías.
Hace que la presencia de uno no sea tan invasiva. Al contrario, es más abierta. Si se llega antes, posiblemente están marcando las coreografías. Entonces uno sabe cuál es el punto de enfoque o hacia dónde se van a mover en el escenario. Así sé cuál tipo de fotografías puedo tomar.
La iluminación
A quien hace las luces: si uno les saluda y es amable, por ejemplo, muy posiblemente en caso de una foto grupal o algo que la academia necesite, esa persona esté dispuesta a ayudarle. Entonces una puede pedir que le pongan el tono, tipo o color de luz que uno necesita.
Ayuda, porque uno pasa a formar parte del equipo.
Se forma una colaboración mutua con el teatro y la academia. Uno no está irrumpiendo, ni ellos a uno tampoco.
El vestuario
También hago sesiones individuales en donde tomo a las artistas en vestuario. Lo hacemos en otros días que no son el de la presentación. Lo hago así, porque el día de la presentación, cuando está la puesta en escena, es muy difícil garantizar que les voy a poder tomar fotos a todas las personas en escenario (y que sean, además, fotografías profesionales individuales) en el tiempo correcto.
Si una canción dura 1 minuto, tomarles fotos a todos se hace muy difícil. Pero, si se hacen antes y se programan, uno se asegura que las poses sean las correctas. Se preocupa por sacar pies en puntas, que se vean estiradas, con los brazos estén bien colocados…. Así se documentan mejores poses y se trabaja en iluminación, a la vez.
Es por eso que no se garantiza que vayan a haber fotografías profesionales individuales para cada bailarín. Las fotos en escena son más para la academia, porque se ve la coreografía con todo el elenco junto.
El escenario
Uno puede aprovechar la iluminación del escenario, también. Esa luz contrasta más; con muchos colores diversos, hay muchos que se pueden aprovechar. Así es como se crean composiciones distintas.
Además, una aprovecha toda la escenografía y el juego de luces que han sido creados justamente para ese momento. Precisamente por eso es que se vuelve muy importante la fotografía profesional, para aprovechar de todos estos recursos en los que ya se han invertido para generar buenos portafolios y carpetas. Además, claro, de recuerdos e impresiones que duren de por vida.
Sobre las cuentas en fotografías en danza
Si uno puede anticipar, puede estar listo para agarrar el movimiento en su máxima expresión. Uno sabe encontrar el punto.
Si se hace en cuentas de 8, por ejemplo, uno sabe que se suspende por un microsegundo el movimiento, por lo cual es el momento perfecto para tomar la mejor fotografía.